martes, 27 de julio de 2010

Info acerca de la LACTANCIA MATERNA...MUY IMPORTANTE!

Enfermedad del niño o la madre, cesárea...

Lactancia en casos especiales

Enfermedad del niño o la madre, cesárea...: Lactancia en casos especiales
Dar el pecho no siempre es fácil: hay que saber adoptar una buena postura; el bebé se queda dormido en la segunda chupada o se pasa el día colgado al pecho... A veces, existen dificultades añadidas por una enfermedad del niño o de la madre, o por otros motivos. En estos casos, la lactancia es aún más necesaria porque aporta al bebé defensas, calor, amor, contacto físico y seguridad, y ayuda a establecer el vínculo madre-hijo.

Prematuros

  • La leche materna aporta al bebé anticuerpos que le protegen de las infecciones y disminuyen el riesgo de algunas complicaciones serias (infecciones intestinales, hemorragia cerebral...).
  • La l actancia materna es menos agotadora que tomar el biberón, y oír y sentir a su mamá beneficia su salud: por ejemplo, la saturación de oxígeno en la sangre de los niños prematuros mejora cuando tienen a su familia cerca.
  • Al estar menos estresados, no baja su temperatura ni el azúcar en su sangre. La madre es la incubadora ideal.

Cómo se puede hacer

El lugar ideal para un bebé prematuro es el cuerpo de su madre, mediante el llamado método canguro. El bebé está la mayor parte del día en el pecho materno en contacto piel con piel, rodeado por una tela que lo sujeta, y puede mamar libremente siempre que lo necesita.

Gemelos, trillizos... (dos o más bebés)

Cualquier madre puede tener una producción de leche suficiente para alimentar a dos bebés, incluso a tres, con la suficiente información y apoyo. Lo mejor es empezar lo antes posible, nada más nacer, y dar el pecho sin horarios, siempre que lo pidan.

Cómo se puede hacer

  • Se puede amamantar a los bebés por separado, lo que puede facilitar el aprendizaje de una buena técnica al principio, o dar el pecho a los dos a la vez, opción que ahorra tiempo y es cómoda para muchas madres.
  • Lo ideal es delegar otras tareas siempre que sea posible, comer bien y dormir cuando lo hagan los bebés.
  • Si los gemelos son prematuros y no pueden mamar, se puede estimular la producción de leche con un sacaleches potente (eléctrico) para dársela a través de una sonda hasta que puedan succionar del pecho.
Encontrarás los pasos para hacerlo en nuestra escuela de lactancia: Buenas posturas para amamantar.

Cesárea

No es cierto que tras un parto por cesárea la leche tarde más en subir. Esto solo ocurre cuando se tarda mucho en hacer la primera toma, si se separa a la madre del bebé y si se le dan biberones, suero o chupetes, espaciando las tomas.

Cómo se puede hacer

  • Es importante apoyar a la mujer que está afectada por el estrés de la intervención, darle confianza y ayudarle a encontrar una buena postura: al principio resulta más cómodo dar de mamar tumbada.
  • Si se amamanta sentada conviene utilizar un cojín para acercar el bebé al pecho sin apoyarle en el vientre. La madre puede tomar calmantes si le duele la herida, no afectarán al recién nacido.

Cirugía mamaria

  • En las operaciones de cirugía estética no se suelen lesionar los conductos de la leche y se puede amamantar sin problemas.
  • En otros casos dependerá del tipo de intervención, pero siempre merece la pena intentarlo si la madre lo desea.
  • Algunas madres han amamantado después de haber sido operadas años atrás de un cáncer de pecho.
  • Conviene buscar ayuda para comprobar que no se forman bultos dolorosos y que el bebé crece bien.

Si la madre está enferma

  • Si la madre padece una infección no hay que separarla del bebé ni suprimir la lactancia, ya que por la leche le transmitirá las defensas ya fabricadas contra esa infección.
  • Solo en caso de sida se da lactancia artificial.
  • Si le sale un herpes en el pezón, debe dejar de dar de ese pecho hasta que se cure.
  • En caso de intervención quirúrgica, si es con anestesia local no hay problema en dar el pecho.

Cómo se puede hacer

  • Si la madre se ha sometido a una operación con anestesia general, podrá amamantar cuando se despierte y se encuentre bien. Entre tanto, el bebé puede tomar la leche materna con una cucharilla, vasito o jeringa.
  • Si sufre una alteración del tiroides o epilepsia también puede amamantar.

Lactancia en tándem y durante el embarazo

La Organización Mundial de la Salud y la Asociación Española de Pediatría aconsejan dar de mamar al menos dos años. Aunque esto pueda parecer exagerado, cada vez más mujeres optan por seguir dando el pecho en vez de leche de vaca, ya que el bebé crece más sano y ambos disfrutan de ese momento de afecto y contacto tan especial.

Cómo se puede hacer

  • Si se produce un nuevo embarazo, no hay motivo para destetar al niño si no hay complicaciones, aunque la mujer debe hacer lo que desee. Algunas madres dan menos tomas, otras no cambian, y algunos bebés se destetan solos al cuarto o quinto mes de gestación, cuando el sabor cambia porque la leche se convierte en calostro. Conviene abandonar la lactancia si hay sangrados o amenaza de parto prematuro.
  • Si el mayor aún mama cuando nace el nuevo bebé, este se encuentra con gran cantidad de leche, engorda más fácilmente y no suele perder peso en los primeros días. El pequeño crea defensas contra los gérmenes de su hermano y, además, se crea un vínculo muy estrecho entre los dos niños.

Relactación

Es posible volver a alimentar a un bebé únicamente con leche materna después de haber abandonado el pecho, de introducir varios biberones o incluso si la lactancia no se había iniciado o se ha suprimido con fármacos.

Cómo hacerlo

  • El secreto está en hacerlo despacio, sin ponerse metas estrictas, y con mucho contacto piel con piel, sin horarios.
  • Se le ofrece el pecho primero, y luego el biberón, cada vez en menos cantidad conforme va aumentando la producción de leche materna.
  • Es importante que la madre tenga confianza en su capacidad para lograrlo, y sepa cómo lo han hecho otras madres, entrando en contacto con algún grupo de apoyo a la lactancia materna.

Cuando hay alteraciones en el niño

El amamantamiento es especialmente beneficioso para prevenir infecciones y mejorar el estado de salud de los niños que tienen algún problema o enfermedad. Si no puede mamar, será beneficioso que la madre se extraiga leche materna para calmarle el dolor.

Síndrome de Down

  • El contacto piel con piel y el vínculo afectivo y hormonal que proporciona la lactancia materna ayuda a las madres que de forma inesperada tienen un hijo con esta alteración cromosómica a aceptar mejor a su bebé, a superar la angustia inicial y a conectarse con él.
  • Como estos niños tienen la lengua más grande y menos tono muscular, les cuesta más realizar una succión eficaz. Es importantísimo que una mano experta ayude a la madre a adoptar una buena postura.
  • Estos bebés suelen hacer tomas más largas y frecuentes y crecen a un ritmo diferente, se alimenten con pecho o biberón.

Cardiopatía congénita

  • Existe la creencia errónea de que la alimentación al pecho cansa a los niños con cardiopatías, por lo que se suele aconsejar, sin motivo, la alimentación artificial.
  • La mayoría de estos bebés maman sin dificultad, aunque algunos prefieren tomas cortas y más frecuentes.
  • Con el pecho sufren menos bajadas de oxígeno y respiran mejor que con el biberón.

Labio leporino

  • Algunos bebés nacen con una fisura en el labio, que en pocas ocasiones llega hasta el paladar.
  • La lactancia puede resultar más difícil en un principio, pero se aconseja porque si el bebé se atraganta tendrá menos problemas, menos otitis, y tras la operación que le harán para corregir el defecto, crecerá más sano.
  • La madre puede ayudar poniendo el dedo en el paladar de bebé mientras este mama o utilizar una prótesis blanda que le facilitará su médico.

Niños hipotónicos

  • Pueden tener dificultades para mamar porque no logren una buena succión o no puedan sostener la cabeza o todo el cuerpo.
  • Se puede ayudar cambiando la postura del bebé con almohadas, y presionando el pecho con los dedos para que el flujo de leche sea más débil y no se atragante.

Autora: Pilar de la Cueva, ginecóloga.
Fuente: www.serpadres.es

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